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El reto de replantear las formas del aprendizaje y la enseñanza

Fecha: 18 de Febrero del 2021

Se necesita capacitar a los docentes de tal forma que puedan enseñar competencias a través de herramientas digitales, apunta Juan Alberto González Piñón.


La crisis del coronavirus ha planteado un entorno de incertidumbre en la economía y la sociedad y ha agravado la brecha entre educación y trabajo, lo que obliga a replantear sus formas de enseñanza y del aprendizaje de los alumnos en el contexto de la sociedad y economía del conocimiento.


De acuerdo con la SEP, en México en las dos últimas décadas, la escolaridad en años creció 32.8%; mientras que la productividad apenas lo hizo en 7.1%. El país cuenta con uno de los sistemas educativos más grandes del mundo, tiene 37 millones de estudiantes, de los cuales 3.6 millones estudian en nivel superior, sin embargo, el reto radica en ofrecer una educación de calidad, con una orientación clara hacia la formación de habilidades y competencias para la vida y el trabajo.


En el país, los egresados del nivel superior encuentran un empleo relativamente rápido… aunque, la mayoría de esos trabajos no requiere el nivel educativo que los egresados tienen. En este sentido, la OCDE señala que el 40% de los egresados de educación superior trabaja en una ocupación que no está relacionada con su área de estudio; por otro lado, la OIT, señala que en México el 54% de los empleadores enfrenta dificultad para cubrir los puestos de trabajo.


Resolución de problemas complejos, pensamiento crítico, creatividad, gestión para la innovación, coordinación de equipos (incluso de manera virtual), inteligencia social y emocional, juicio y toma de decisiones, emprendimiento y negociación, son algunas de las habilidades y competencias más relevantes para el mercado laboral.


Lo anterior trae nuevamente a la discusión el prever que en los planes y programas de estudio se encuentren incorporadas actividades aplicables y ejecutables a contextos reales; algunas acciones que pueden impulsar este objetivo son:


1. Integrar actividades de enseñanza tanto en las aulas, como en contextos reales de aprendizaje y espacios con equipamiento especializado.


2. Favorecer la formación integral de los estudiantes y desarrollar sus competencias profesionales, de alto valor en los mercados laborales y pertinentes con estándares consensuados entre el sector productivo y la academia.


3. Vincular a las instituciones educativas con el sector productivo, definiendo de común acuerdo las actividades de formación de los estudiantes en los contextos reales.


4. Impulsar la cultura emprendedora, así como el interés en la ciencia y tecnología para la innovación; los jóvenes que no desarrollan competencias emprendedoras limitan de manera drástica su desarrollo profesional, haciendo casi inevitable el aspirar únicamente al trabajo asalariado o la inserción precaria por cuenta propia.


5. Ofrecer opciones flexibles para jóvenes que buscan combinar sus estudios con otras actividades.


6. Favorecer el aprendizaje reflexivo, analítico y colaborativo; esto demanda contar con procesos de formación continua y actualización docente.


7. Enseñar a pensar críticamente y a fomentar la resiliencia educativa como una manera de dominar la adaptabilidad al contexto económico y social.


8. Contar con una currícula flexible, con ajustes frecuentes, acorde con el rápido avance de las ciencias, con asignaturas en las modalidades mixtas o virtuales.


9. Brindar a los estudiantes opciones de certificación de competencias, conforme se va avanzando en su formación profesional en el ámbito de su currícula académica.


10. Establecer sistemas de formación continua a lo largo de la vida para favorecer la actualización constante de los egresados de la educación superior.


11. Entender que las personas no se forman primero y trabajan después, sin ninguna conexión entre sí, sino que ambos procesos están íntimamente relacionados y de ello depende el desarrollo de competencias.


Esta nueva tendencia en la educación exige que docentes y estudiantes desarrollen nuevas competencias y capacidades que les permita hacer frente a los cambios en la educación y el trabajo.


Para ello se necesita capacitar a los docentes de tal forma que puedan enseñar competencias a través de herramientas digitales y enseñar a los alumnos a desarrollar proyectos que puedan aplicar a su realidad.



Fuente: Expansión




El reto de replantear las formas del aprendizaje y la enseñanza