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Las obras de Diego Rivera que puedes visitar en Ciudad de México

Fecha: 10 de Diciembre del 2021

Diego Rivera es uno de los artistas mexicanos más importantes. Enemigo de Picasso y Siqueiros, aliado de León Trotsky, alumno del Dr. Atl y José María Velasco, y abanderado de las políticas de José Vasconcelos, este artista guanajuatense dejó un prolífico patrimonio en Ciudad de México. Algunas de sus obras más famosas se mantienen en pie y puedes visitarlas en el centro y sur de la ciudad.

Este recinto representó un gran desafío para Diego Rivera, ya que al contar con murales subacuáticos, el pintor tuvo que sustituir las técnicas tradicionales y cambiarlas por el uso, por ejemplo, de materiales sintéticos.

Inspirado en la teoría del origen de la vida de Aleksandr Oparin, Diego Rivera crea su obra titulada El agua, el origen de la vida en la Tierra, que se compone de las especies fundamentales para la evolución humana. Se observan organismos, plantas y mamíferos representativos, tales como el primer ser con ojos llamado trilobite, la cooksonia (una de las primeras plantas terrestres), y al ser humano representado por un hombre y una mujer que emanan del agua.

En las paredes, unas manos yacen justo arriba del túnel por donde circularía la red hidráulica del río Lerma, y al lado, Rivera interpretó la relación de esta con la ciencia, la tecnología y el arte; además le dio representatividad al equipo que trabajó en el cárcamo.

La escultura de Tláloc en la explanada también es de Diego Rivera. Se diseñó de manera horizontal para que los aviones que llegaran a la capital pudieran apreciar al dios mexica de la lluvia.

Este espacio fue intervenido por el artista Ariel Guizk, quien con una pieza sonora llamada La cámara lambdoma logra que el aire y la lluvia resuenen en el cárcamo para llenar de sonido el vacío que dejó el agua.


Encabezada por José Vasconcelos, la Secretaría de Educación Pública contaba con un gran presupuesto para la difusión de la educación, la cultura y la ciencia. Su sede en el Convento de Santa María de la Encarnación del Divino Verbo, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, también representaba un espacio para que todos los asistentes pudieran apreciar el arte. De este modo, muralistas como Jean Charlot, Amado de la Cueva, Roberto Montenegro y Diego Rivera realizaron murales en el recinto.


Rivera fue quien hizo la mayor cantidad de obras distribuidas en dos patios conocidos como el Patio del trabajo y el Patio de las fiestas. En el primero representó, a lo largo de dos niveles, diferentes labores, tanto intelectuales, artísticas y de los héroes nacionales. También se observan escenas sobre la fertilidad y la transformación del ser humano. El segundo patio lo destinó a representar las celebraciones nacionales. En dos pisos mostró las entidades federativas y escenas de lucha social.


Entre las obras que destacan en el Patio del trabajo están la Salida de la mina en la que pinta a un minero crucificado y representa los maltratos a los que se sometían; Abrazo en la que un campesino y un obrero representan a la clase trabajadora y La maestra rural con una mujer que protagoniza la importancia del conocimiento en el campo. En el Patio de las fiestas predominan obras como Día de muertos, cuya celebración es una de las tradiciones más importantes de México y El canal de Santa Anita que retrata la celebración de Semana Santa en los canales de Tláhuac y Xochimilco; en este patio también se encuentra su obra El corrido, cuya importancia recae en ser considerada un manifiesto del pintor con pilares como la alfabetización, la comunidad y la lucha obrera.


Epopeya del pueblo Mexicano en el palacio nacional.

Un recorrido por la historia de México en los muros del Palacio Nacional. Diego Rivera pintó pasajes que van desde la época prehispánica hasta la moderna y tardó 20 años en concluir su obra. En su mural se observan escenas como el auge de la cultura tolteca, el mito de la llegada de Quetzalcóatl, la caída de Tenochtitlán, los tiempos de la Santa Inquisición, la lucha de independencia y la Revolución Mexicana.

Además, su pintura nos muestra algunos de los personajes centrales de la vida nacional e internacional. Entre ellos destacan Emiliano Zapata, Sor Juana Inés de la Cruz, José Guadalupe Posada, Carlos Marx, y Frida Kahlo. El mural tiene una superficie de 276 metros cuadrados.


Sueño de una tarde dominical en la alameda central. 

Esta obra que ahora permanece en el Museo Mural Diego Rivera, justo a espaldas de la Alameda Central, era parte del salón comedor Versalles del Hotel del Prado y más tarde, del vestíbulo del mismo. Durante el terremoto de 1985, el hotel sufrió daños irreparables y con un esfuerzo monumental, se trasladó la pintura al estacionamiento del también abatido Hotel Regis. Más tarde se construyó sobre él el museo que se inauguró en 1988.


En su mural Rivera hace un recorrido histórico de izquierda a derecha y muestra momentos como la caída de Tenochtitlán, la independencia de México y las intervenciones extranjeras. Destacan los personajes que aparecen en la parte central del mural. Tomados de la mano, se observan en primer plano un autorretrato infantilizado del autor, la Catrina y José Guadalupe Posada. Atrás de Diego Rivera, la también pintora Frida Kahlo que sostiene un Ying Yang con la mano izquierda y a su lado el poeta José Martí. En la pintura también aparecen las hijas del pintor y otro autorretrato del autor de niño comiendo una torta. De acuerdo con Rivera, “los personajes del paseo sueñan todos, unos durmiendo en los bancos y otros, andando y conversando”.


Ciudad universitaria. 

Diego Rivera realizó este mural en el estadio Olímpico Universitario. Titulada La universidad, la familia y el deporte en México, la obra está hecha con piedras de colores y está ubicada en la parte oriente del estadio. A pesar de quedar inconclusa, esta pieza muestra los símbolos más importantes de la Universidad Nacional Autónoma de México; el águila y el cóndor, los atletas que encienden las antorchas olímpicas, la familia, una paloma como símbolo de paz y debajo de ellos, una serpiente emplumada con incrustaciones de mazorcas de maíz que representa a Quetzalcóatl.

El pintor quería que las cuatro paredes del estadio estuvieran cubiertas con su mural; sin embargo, murió antes de finalizar su obra.


Palacio de bellas artes.

En el Palacio de Bellas Artes hay en total 17 murales de diversos artistas mexicanos, entre ellos, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Manuel Rodríguez Lozano y Diego Rivera. Este último creó El hombre controlador del universo. La primera idea de esta obra la plasmó en el Centro Rockefeller de Nueva York; sin embargo, fue destruida. El entonces presidente Abelardo L. Rodríguez solicitó a Rivera hacer una réplica del mural para el Palacio de Bellas Artes.


Rivera plasmó, del mismo modo que la primera vez, a un hombre rubio que en un panel de control que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Bellas Artes, maneja las fuerzas de los mundos natural y mecánico, y divide al sistema socialista con escuadrones antidisturbios.


También se encuentran los murales Revolución rusa y Carnaval de la vida mexicana. En el primero de ellos aparecen León Trotsky y Lenin junto con el ejército Rojo. El segundo mural se inspira en el carnaval de Huejotzingo, Puebla y sus cuatro paneles tienen representaciones como la conquista española y al bandido Agustín Lorenzo, quien encabezó los hurtos de Río Frío y se enfrentó a las tropas francesas en la batalla del 5 de mayo.



Fuente: El país. 

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